POEMAS DE AMOR Y DESAMOR A LESBIA
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Pintura romana clásica |
A mi amigo de siempre Xoán Abeleira,
gran poeta del amor y el desamor
Furor amoris
En este libellus presento la traducción de treinta poemas que Cayo Valerio Catulo escribió en el siglo primero antes de nuestra era, al final de la República romana, dedicados a la celebración y la ruina de su amor por Lesbia. Poco importa saber que ella era una dama casada de la aristocracia patricia y él un joven poeta que quería revitalizar la poesía; ella, una mujer culta y liberal que deseaba vivir su propia vida; y él, un hombre romántico y obstinado que luchaba por un amor imposible. Lo que importa de estos poemas es que reviven una historia amorosa, real y verdadera, que nos llena de emoción más de dos mil años después con el lenguaje directo, expresivo y hermoso de un poeta que quiere amar con las palabras.
En estos breves poemas, Catulo disecciona su gran amor por Lesbia, lo analiza, lo disfruta y lo sufre con una sinceridad contundente. En ellos deja constancia de sus sentimientos encontrados, por eso no debe sorprendernos la mezcla del lenguaje noble de la poesía clásica junto a otro procaz y a veces pendenciero, que nos ofrecen un retrato fiel y transparente de aquel amor conflictivo. Catulo no ahorra apelativos felices o soeces para referirse a distintas situaciones de una relación que le provoca sentimientos inflamados de pasión y a la vez los más turbios resquemores, y todo ello se concreta en su famoso «odio y amo», resumen de toda su fatalidad amorosa.
Algunas claves más o menos curiosas de estos poemas pueden hacernos comprenderlos mejor. Para empezar, el célebre gorrión de Lesbia, pajarillo que le procura muchos deleites y que puede entenderse como un juego sexual a los que nuestro poeta era tan aficionado. Además, abundan los besos, que los enamorados ocultan para que los envidiosos no cuenten cuántos son y puedan así echarles el mal de ojo, costumbre muy habitual por entonces. Pero muy pronto los besos se acaban y el autor recrimina a Lesbia haber roto su promesa de fidelidad amorosa. A partir de aquí, el amante engañado se enfurece y considera que su amada se ha convertido en una prostituta, mientras reclama la ayuda de los dioses y también la de sus amigos, algunos de los cuales lo han traicionado. Entonces, parece que la relación amorosa ha llegado a su fin, pero ocurre algún encuentro inesperado que el poeta destaca en el calendario, como se hacía en aquella época, con una marca blanca, si bien la relación sentimental permanece ambigua. Al final, el poeta realiza un esfuerzo mental desesperado para asumir la rotura del amor sublimándolo con un sentimiento noble de amistad eterna.
He querido hacer esta traducción para seguir aprendiendo latín a la vez que cotejo otras traducciones de los poemas de Catulo para revisar las distintas interpretaciones de algunos de sus versos. En los títulos de los poemas he incluido el número romano que les corresponde según la ordenación del corpus poético catuliano. En mi versión utilizo versos de medida clásica siempre que se ajusten al contenido y un lenguaje poético ceñido y sintético, propio del latín, con la pretensión de ser fiel al original, pero sin descuidar la belleza del ritmo y el acabado del poema como un objeto artístico que se lea con facilidad y que procure el placer intrínseco de la poesía.
A. V. 2021
© Alejandro Valero, 2021
1
Pajarillo, deleite de mi chica,
con el que en su regazo juguetea,
al que, ansioso, da la punta del dedo,
provocando sus fuertes picotazos,
y cuando ella me desea con ardor,
se entrega a no sé cuál querido juego
que, supongo, le calma la amargura
y le mitiga esa pasión intensa.
¡Ojalá como ella pueda yo jugar contigo
y sosegar las penas de mi alma!
II
Passer, deliciae meae puellae,
quicum ludere, quem in sinu tenere,
cui primum digitum dare appetenti
et acris solet incitare morsus,
cum desiderio meo nitenti
carum nescio quid lubet iocari
et solaciolum sui doloris,
credo ut tum gravis acquiescat ardor:
tecum ludere sicut ipsa possem
et tristis animi levare curas!
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2
Lamentaos, ¡oh, Venus y Cupidos!,
y quienes sois personas refinadas.
Ha muerto el gorrión de mi chiquilla,
el gorrión con quien se deleitaba,
a quien amaba más que a sus ojos,
pues era meloso y él la conocía
tan bien como una niña a su madre,
y nunca abandonaba su regazo,
donde, brincando de un lado a otro,
solo a su dueña sin parar piaba.
Ahora va a un lugar por senda oscura
de donde dicen que no vuelve nadie.
¡Ay, tinieblas del Orco aborrecibles,
que devoráis todas las cosas bellas
y me arrancasteis mi bonito pájaro!
¡Oh qué desgracia! ¡Oh pobre pajarillo!
Ahora por ti los ojos de mi chica
lloran enrojecidos y abultados.
III
Lugete, o Veneres Cupidinesque,
et quantum est hominum venustiorum:
passer mortuus est meae puellae,
passer, deliciae meae puellae,
quem plus illa oculis suis amabat.
nam mellitus erat suamque norat
ipsam tam bene quam puella matrem,
nec sese a gremio illius movebat,
sed circumsiliens modo huc modo illuc
ad solam dominam usque pipiabat.
qui nunc it per iter tenebricosum
illuc, unde negant redire quemquam.
at vobis male sit, malae tenebrae
Orci, quae omnia bella devoratis:
tam bellum mihi passerem abstulistis
o factum male! o miselle passer!
tua nunc opera meae puellae
flendo turgiduli rubent ocelli.
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3
Amemos y vivamos, Lesbia mía,
y nos traigan al fresco las patrañas
de los viejales más intransigentes.
Los soles mueren y después renacen,
y cuando nuestra breve luz se extinga,
habremos de dormir la eterna noche.
Dame mil besos y otros cien después,
y luego otro millar con otro ciento,
y aún otros mil seguidos de otros cien.
Y cuando ya sumemos muchos miles,
los mezclaremos para confundirlos,
no sea que algún granuja nos embruje
al conocer la cantidad de besos.
V
Vivamus mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum severiorum
omnes unius aestimemus assis!
soles occidere et redire possunt:
nobis cum semel occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda.
da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
deinde usque altera mille, deinde centum.
dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus,
aut ne quis malus invidere possit,
cum tantum sciat esse basiorum.
******
4
Me preguntas con cuántos besos
tuyos, Lesbia, me reconfortaría.
Cuantos granos de arena en Libia
cubren Cirene, rica en laserpicio,
entre el oráculo del ardiente Júpiter
y el sacro sepulcro del viejo Bato,
o cuantos astros en la noche callada
ven a los furtivos amores humanos.
Tendrías que darle todos estos besos
al loco de Catulo para satisfacerlo,
sin que puedan contarlos los curiosos
ni hechizarlos con su aviesa lengua.
VII
Quaeris, quot mihi basiationes
tuae, Lesbia, sint satis superque.
quam magnus numerus Libyssae harenae
lasarpiciferis iacet Cyrenis
oraclum Iovis inter aestuosi
et Batti veteris sacrum sepulcrum;
aut quam sidera multa, cum tacet nox,
furtivos hominum vident amores:
tam te basia multa basiare
vesano satis et super Catullo est,
quae nec pernumerare curiosi
possint nec mala fascinare lingua.
******
5
Desdichado Catulo, deja de hacer el tonto,
y lo que ves en ruinas, dalo ya por perdido.
Alguna vez brillaron para ti claros soles
en cuanto te dejabas llevar por una chica
a quien nadie amará tanto como nosotros.
Entonces solo había multitud de placeres,
y ella no rechazaba lo que tú deseabas.
Es verdad que brillaron para ti claros soles.
Pero ella ya no quiere. Tú tampoco lo quieras
en vano, deja que huya, no vivas amargado,
más bien levanta el ánimo, resiste con firmeza.
Adiós, muchacha. Ahora, Catulo se resiste,
no irá a verte ni nada pedirá que no quieras,
pero lamentarás que nadie te pretenda.
¡Ay de ti, miserable! ¡Qué te espera en la vida!
¿Quién querrá estar contigo? ¿Para quién serás guapa?
¿Ahora a quién querrás? ¿De quién dirás que eres?
¿A quién vas a besar? ¿Qué labios morderás?
Así que tú, Catulo, aguanta con aplomo.
VIII
Miser Catulle, desinas ineptire,
et quod vides perisse perditum ducas.
fulsere quondam candidi tibi soles,
cum ventitabas quo puella ducebat
amata nobis quantum amabitur nulla.
ibi illa multa cum iocosa fiebant,
quae tu volebas nec puella nolebat,
fulsere vere candidi tibi soles.
nunc iam illa non vult: tu quoque impotens noli,
nec quae fugit sectare, nec miser vive,
sed obstinata mente perfer, obdura.
vale puella, iam Catullus obdurat,
nec te requiret nec rogabit invitam.
at tu dolebis, cum rogaberis nulla.
scelesta, vae te, quae tibi manet vita?
quis nunc te adibit? cui videberis bella?
quem nunc amabis? cuius esse diceris?
quem basiabis? cui labella mordebis?
at tu, Catulle, destinatus obdura.
******
6
Furio y Aurelio, amigos de Catulo,
que con él viajaríais al confín de la India,
donde baten la costa las olas orientales
que a lo lejos resuenan,
o a estar con los hircanos y los sensibles árabes,
o con sagas y partos bien armados de flechas,
o a llanuras que el Nilo colorea
con sus siete aberturas,
o a través de los Alpes prominentes
para ver los trofeos del gran César,
ver el Rin de la Galia y a los crueles
y remotos britanos,
si estáis dispuestos a afrontar todo esto,
sea cual sea la voluntad divina,
transmitid a mi chica estas palabras
nada buenas y escasas:
que viva y sea feliz con sus puteros,
esos trescientos que a la vez abraza
sin querer a ninguno, aunque les rompa
sin cesar las ijadas,
que no busque mi amor, como hacía antes,
pues cayó por su culpa junto al borde
de un prado cual la flor que se quebranta
cuando pasa el arado.
XI
Furi et Aureli comites Catulli,
sive in extremos penetrabit Indos,
litus ut longe resonante Eoa
tunditur unda,
sive in Hyrcanos Arabesve molles,
seu Sagas sagittiferosve Parthos,
sive quae septemgeminus colorat
aequora Nilus,
sive trans altas gradietur Alpes,
Caesaris visens monimenta magni,
Gallicum Rhenum horribile aequor ulti-
mosque Britannos,
omnia haec, quaecumque feret voluntas
caelitum, temptare simul parati,
pauca nuntiate meae puellae
non bona dicta.
cum suis vivat valeatque moechis,
quos simul complexa tenet trecentos,
nullum amans vere, sed identidem omnium
ilia rumpens;
nec meum respectet, ut ante, amorem,
qui illius culpa cecidit velut prati
ultimi flos, praetereunte postquam
tactus aratro est.
7
Cenarás bien, Fabulo, aquí en mi casa,
dentro de poco tiempo, si te asisten
los dioses y si traes buena cena
y abundante, además una chica
bonita, vino, gracia y muchas risas.
Si traes todo esto, mi querido,
cenarás bien, te digo, que la cesta
de Catulo rebosa telarañas.
Tendrás a cambio mi cariño franco
y lo más delicioso y elegante,
pues te daré el perfume que a mi chica
regalaron las Venus y Cupidos;
rogarás a los dioses, al olerlo,
que en nariz, mi Fabulo, te conviertan.
XIII
Cenabis bene, mi Fabulle, apud me
paucis, si tibi di favent, diebus,
si tecum attuleris bonam atque magnam
cenam, non sine candida puella
et vino et sale et omnibus cachinnis.
haec si, inquam, attuleris, venuste noster,
cenabis bene; nam tui Catulli
plenus sacculus est aranearum.
sed contra accipies meros amores
seu quid suavius elegantiusve est:
nam unguentum dabo, quod meae puellae
donarunt Veneres Cupidinesque,
quod tu cum olfacies, deos rogabis,
totum ut te faciant, Fabulle, nasum.
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8
Anales de Volusio, textos cutres,
cumplid la promesa que mi chica
hizo a Venus sagrada y a Cupido
de que si yo le era devuelto y dejaba
de amenazarla con mis crueles yambos,
ofrecería al dios de lentos pies
las obras selectas del peor poeta
quemándolas en leña detestable.
Y esto es lo que la pícara muchacha
ofreció alegremente a aquellos dioses.
Ahora, ¡oh, tú!, del celeste mar nacida,
que el santo Idalio habitas y los campos
de Urio, y también Ancona y Gnido,
rica en cañas, y Golgos y Amatunte
y Dirraquio, taberna del Adriático,
da por cumplido y aceptado el voto
si no es un tanto tosco y repelente.
Y entre tanto, acercaos a esta hoguera,
vosotros, versos rústicos y torpes,
Anales de Volusio, textos cutres.
XXXVI
Annales Volusi, cacata carta,
votum soluite pro mea puella.
nam sanctae Veneri Cupidinique
vovit, si sibi restitutus essem
desissemque truces vibrare iambos,
electissima pessimi poetae
scripta tardipedi deo daturam
infelicibus ustulanda lignis.
et hoc pessima se puella vidit
iocose lepide vovere divis.
nunc o caeruleo creata ponto,
quae sanctum Idalium Vriosque apertos
quaeque Ancona Cnidumque harundinosam
colis quaeque Amathunta quaeque Golgos
quaeque Durrachium Hadriae tabernam,
acceptum face redditumque votum,
si non illepidum neque invenustum est.
at vos interea venite in ignem,
pleni ruris et inficetiarum.
annales Volusi, cacata carta.
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9
Clientes de la lasciva taberna en la novena
columna, tras los hermanos con píleo,
¿creéis que solo vosotros tenéis polla
y el derecho a follaros a todas las muchachas
mientras que los demás olemos a cabrones?
¿O porque estéis sentados cien o doscientos necios
en fila, no creéis que me atreviera a dárosla
a mamar juntamente a todos los doscientos?
Creedlo, porque voy a dejar la fachada
de vuestro lupanar dibujada de pollas.
Pues la chica que escapa de mi vera,
a quien nadie amará como yo la amo,
y por quien he librado grandes guerras,
se sienta ahí con vosotros. Y la amáis
los felices y honestos, pero lo más indigno
es que sois unos pobres pelagatos puteros;
y tú el que más, Egnacio, el mayor melenudo,
hijo de Celtiberia, repleta de conejos,
a quien te favorece la barba bien poblada
y unos dientes rascados con orines de Iberia.
XXXVII
Salax taberna vosque contubernales,
a pilleatis nona fratribus pila,
solis putatis esse mentulas vobis,
solis licere, quidquid est puellarum,
confutuere et putare ceteros hircos?
an, continenter quod sedetis insulsi
centum an ducenti, non putatis ausurum
me una ducentos irrumare sessores?
atqui putate: namque totius vobis
frontem tabernae sopionibus scribam.
puella nam mi, quae meo sinu fugit,
amata tantum quantum amabitur nulla,
pro qua mihi sunt magna bella pugnata,
consedit istic. hanc boni beatique
omnes amatis, et quidem, quod indignum est,
omnes pusilli et semitarii moechi;
tu praeter omnes une de capillatis,
cuniculosae Celtiberiae fili,
Egnati. opaca quem bonum facit barba
et dens Hibera defricatus urina.
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10
Mal está, Cornificio, tu Catulo,
y, ¡por Hércules!, pasa sus aprietos
más y más cada día y cada hora.
Pero tú, con lo fácil que resulta,
¿con qué palabras lo has reconfortado?
Me irritas. ¿Así tratas mi cariño?
Dime alguna palabra de consuelo,
aún más triste que el llanto de Simónides.
XXXVIII
Malest, Cornifici, tuo Catullo
malest, me hercule, et laboriose,
et magis magis in dies et horas.
quem tu, quod minimum facillimumque est,
qua solatus es allocutione?
irascor tibi. sic meos amores?
paulum quid lubet allocutionis,
maestius lacrimis Simonideis.
11
Salve, muchacha sin nariz pequeña,
sin los pies bellos ni los ojos negros,
sin dedos largos ni la boca seca,
sin la lengua discreta y elegante,
amiga del derrochador de Formias.
¿En tu provincia dicen que eres guapa?
¿Pero a ti te comparan con mi Lesbia?
¡Oh siglo mentecato y chabacano!
XLIII
Salve, nec minimo puella naso
nec bello pede nec nigris ocellis
nec longis digitis nec ore sicco
nec sane nimis elegante lingua,
decoctoris amica Formiani.
ten provincia narrat esse bellam?
tecum Lesbia nostra comparatur?
o saeclum insapiens et infacetum!
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12
Como un dios me parece y, si eso es lícito,
como alguien que supera lo divino,
quien sentado ante ti continuamente
te contempla y te escucha
sonreír con dulzura; eso a mí, triste,
me arrebata todos mis sentidos,
pues en cuanto te veo, Lesbia mía,
se enmudece mi voz,
se entorpece mi lengua, por los miembros
mana una llama tenue, los oídos
zumban con ruido propio, y doble noche
me oscurece los ojos.
Es el ocio, Catulo, tu desgracia;
con el ocio te exaltas y te excitas;
el ocio antaño echó a perder a reyes
y ciudades dichosas.
LI
Ille mi par esse deo videtur,
ille, si fas est, superare divos,
qui sedens adversus identidem te
spectat et audit
dulce ridentem, misero quod omnis
eripit sensus mihi: nam simul te,
Lesbia, aspexi, nihil est super mi
lingua sed torpet, tenuis sub artus
flamma demanat, sonitu suopte
tintinant aures gemina, teguntur
lumina nocte.
otium, Catulle, tibi molestum est:
otio exsultas nimiumque gestis:
otium et reges prius et beatas
perdidit urbes.
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13
Celio, mi Lesbia, aquella misma Lesbia,
aquella Lesbia a quien amó Catulo
más que a los suyos y a sí mismo, ahora
por las encrucijadas y los callejones
se la casca a los nietos del magnánimo Remo.
LVIII
Caeli, Lesbia nostra, Lesbia illa.
illa Lesbia, quam Catullus unam
plus quam se atque suos amavit omnes,
nunc in quadriviis et angiportis
glubit magnanimi Remi nepotes.
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14
¿Acaso una leona de las montañas libias,
o Escila, la que ladra bajo sus mismas ingles,
te engendró con un alma tan dura y nauseabunda,
que desprecias el grito de un pobre suplicante
en su desgracia última? ¡Ah, qué cruel corazón!
LX
Num te leaena montibus Libystinis
aut Scylla latrans infima inguinum parte
tam mente dura procreavit ac taetra,
ut supplicis vocem in novissimo casu
contemptam haberes, a nimis fero corde?
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15
La mujer a quien amo dice que no se casaría
sino conmigo, aunque se lo pidiera el mismo Júpiter.
Eso dice, pero lo que una mujer dice a su fogoso amante
hay que escribirlo en el viento y en el agua que fluye.
LXX
Nulli se dicit mulier mea nubere malle
quam mihi, non si se Iuppiter ipse petat.
dicit: sed mulier cupido quod dicit amanti,
in vento et rapida scribere oportet aqua.
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16
Lesbia, antaño decías que solo conocías a Catulo
y que antes que a mí ni a Júpiter podrías entregarte.
Te quise entonces como se le quiere a una amiga
y como quiere el padre a sus hijos y yernos.
Ahora ya te conozco; por eso, aunque ardo más,
para mí tienes mucho menos valor y peso.
¿Por qué es así?, dirás. Porque ese engaño incita
a amar más al amante, pero a mermar su afecto.
LXXII
Dicebas quondam solum te nosse Catullum,
Lesbia, nec prae me velle tenere Iovem.
dilexi tum te non tantum ut vulgus amicam,
sed pater ut gnatos diligit et generos.
nunc te cognovi: quare etsi impensius uror,
multo mi tamen es vilior et levior.
qui potis est, inquis? quod amantem iniuria talis
cogit amare magis, sed bene velle minus.
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17
A tal punto ha llegado mi mente por tu culpa,
y tanto se ha arruinado por su anhelo, mi Lesbia,
que no puede apreciarte aunque impecable fueras
ni dejar de quererte aunque hagas lo que hagas.
LXXV
Huc est mens deducta tua mea, Lesbia, culpa
atque ita se officio perdidit ipsa suo,
ut iam nec bene velle queat tibi, si optima fias,
nec desistere amare, omnia si facias.
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18
Si el hombre goza al recordar sus buenos actos
cuando se sabe honrado, cuando nunca ha infringido
la sagrada lealtad ni en ningún compromiso
ha engañado a los hombres falsamente invocando
el poder de los dioses, entonces muchas dichas, Catulo,
te esperan en tu vida a causa de ese amor ingrato.
Pues todo lo bueno que los hombres pueden decir
y hacer por los demás, tú ya lo has dicho y hecho,
y todo ello murió por confiarlo a un corazón ingrato.
¿Por qué entonces seguir ya torturándote?
¿Por qué no te repones y te olvidas de ello,
y, a pesar de los dioses, dejas de atormentarte?
Es difícil dejar un largo amor de pronto;
es difícil, mas debes hacerlo como sea.
Ese es tu único amparo, tu obligada victoria,
lo que debes hacer, ya puedas o no puedas.
¡Si tenéis compasión, oh, dioses, y si a alguien
concedisteis un último vigor hasta en la muerte,
miradme en mi desdicha y, si mi vida fue íntegra,
arrancadme esta peste y esta ruina
que en mi ser se introdujo con un sopor de miembros,
y que ha expulsado todas las dichas de mi alma.
Ya no pretendo que ella corresponda a mi afecto,
o, lo que es imposible, que sea pudorosa.
Solo quiero curarme de esta horrible dolencia.
¡Oh, dioses, concedédmelo por el fervor que os tengo.
LXXVI
Siqua recordanti benefacta priora voluptas
est homini, cum se cogitat esse pium,
nec sanctam violasse fidem, nec foedere nullo
divum ad fallendos numine abusum homines,
multa parata manent in longa aetate, Catulle,
ex hoc ingrato gaudia amore tibi.
nam quaecumque homines bene cuiquam aut dicere possunt
aut facere, haec a te dictaque factaque sunt.
omnia quae ingratae perierunt credita menti.
quare iam te cur amplius excrucies?
quin tu animo offirmas atque istinc teque reducis,
et dis invitis desinis esse miser?
difficile est longum subito deponere amorem,
difficile est, verum hoc qua lubet efficias:
una salus haec est. hoc est tibi pervincendum,
hoc facias, sive id non pote sive pote.
o di, si vestrum est misereri, aut si quibus umquam
extremam iam ipsa in morte tulistis opem,
me miserum aspicite et, si vitam puriter egi,
eripite hanc pestem perniciemque mihi,
quae mihi subrepens imos ut torpor in artus
expulit ex omni pectore laetitias.
non iam illud quaero, contra me ut diligat illa,
aut, quod non potis est, esse pudica velit:
ipse valere opto et taetrum hunc deponere morbum.
o di, reddite mi hoc pro pietate mea.
******
19
Rufo, a quien tuve en vano por amigo (¿fue en vano?,
aún peor, pues el precio fue grande y doloroso),
¿así te introdujiste dentro de mí y quemaste
mis entrañas, y toda la dicha me arrancaste,
desdichado de mí? ¡Me la arrancaste, ay, cruel
veneno de mi vida, ay, plaga de nuestra amistad!
LXXVII
Rufe mihi frustra ac nequiquam credite amice
(frustra? immo magno cum pretio atque malo),
sicine subrepsti mi, atque intestina perurens
ei misero eripuisti omnia nostra bona?
eripuisti, heu heu nostrae crudele venenum
vitae, heu heu nostrae pestis amicitiae.
******
20
Lesbio es apuesto, ¡cómo no!, y Lesbia lo prefiere
antes que a ti, Catulo, y a toda tu familia.
Pero ese guapo vendería a Catulo junto a su familia
si consiguiera tres besos de sus conocidos.
LXXIX
Lesbius est pulcer. quid ni? quem Lesbia malit
quam te cum tota gente, Catulle, tua.
sed tamen hic pulcer vendat cum gente Catullum,
si tria natorum suavia reppererit.
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21
Quintio, si quieres que Catulo te deba sus ojos
o aún más si existe algo más valioso que los ojos,
no le arrebates lo que quiere mucho más
que a sus ojos o lo que es más valioso que sus ojos.
LXXXII
Quinti, si tibi vis oculos debere Catullum
aut aliud si quid carius est oculis,
eripere ei noli, multo quod carius illi
est oculis seu quid carius est oculis.
******
22
Delante del marido, Lesbia contra mí despotrica,
y esa es la mayor dicha para ese majadero.
No entiendes nada, idiota. Si al olvidarse de mí, callara,
sería sensata, pero ahora que grita y me calumnia,
no solo me recuerda, sino, lo que es mucho más grave,
furiosa está, es decir, se enfervoriza y habla.
LXXXIII
Lesbia mi praesente viro mala plurima dicit:
haec illi fatuo maxima laetitia est.
mule, nihil sentis? si nostri oblita taceret,
sana esset: nunc quod gannit et obloquitur,
non solum meminit, sed, quae multo acrior est res,
irata est. hoc est, uritur et loquitur.
******
23
Odio y amo. Quizá quieras saber por qué.
No lo sé, pero así lo siento y me atormenta.
LXXXV
Odi et amo. quare id faciam, fortasse requiris.
nescio, sed fieri sentio et excrucior.
******
24
Hermosa es Quintia para muchos; para mí es radiante,
esbelta, erguida; le concedo cada uno de estos encantos,
pero niego que sea toda hermosa, porque no hay atractivo
ni una pizca de sal en tan enorme cuerpo.
Lesbia sí que es hermosa, no solo porque es toda espléndida,
sino porque a todas las Venus ella sola les quitó sus encantos.
LXXXVI
Quintia formosa est multis. mihi candida, longa,
recta est: haec ego sic singula confiteor.
totum illud formosa nego: nam nulla venustas,
nulla in tam magno est corpore mica salis.
Lesbia formosa est, quae cum pulcerrima tota est,
tum omnibus una omnis surripuit Veneres.
******
25
Ninguna mujer puede decir que ha sido amada,
Lesbia, tan francamente como yo te he querido.
Nunca nadie ha cumplido fielmente tal promesa
como yo he demostrado con mi amor hacia ti.
LXXXVII
Nulla potest mulier tantum se dicere amatam
vere, quantum a me Lesbia amata mea est.
nulla fides ullo fuit umquam foedere tanta,
quanta in amore tuo ex parte reperta mea est.
******
26
No esperaba que fueras leal conmigo, Gelio,
en este desdichado y perdido amor mío,
porque te conociera bien y te creyera firme,
o no pudieras concebir una mezquina infamia,
sino porque veía que ni tu madre ni tu hermana
eran aquella por la que un gran amor me devoraba.
Y aunque me uniera a ti un frecuente trato,
no había creído que esto fuera para ti causa suficiente.
Pero fue suficiente: tanto te placen todas
las ofensas mientras tengan algo de malicia.
XCI
Non ideo, Gelli, sperabam te mihi fidum
in misero hoc nostro, hoc perdito amore fore,
quod te cognossem bene constantemve putarem
aut posse a turpi mentem inhibere probro;
sed neque quod matrem nec germanam esse videbam
hanc tibi, cuius me magnus edebat amor.
et quamvis tecum multo coniungerer usu,
non satis id causae credideram esse tibi.
tu satis id duxti: tantum tibi gaudium in omni
culpa est, in quacumque est aliquid sceleris.
******
27
Lesbia siempre habla mal de mí y no se calla,
pero que yo me muera si Lesbia no me quiere.
¿En qué me fundo? Porque yo también la repudio
sin cesar, pero que me muera si no la amo.
XCII
Lesbia mi dicit semper male nec tacet umquam
de me: Lesbia me dispeream nisi amat.
quo signo? quia sunt totidem mea: deprecor illam
assidue, verum dispeream nisi amo.
******
28
¿Crees que a quien es mi vida denigrar he podido,
a quien más quiero que a mis propios ojos?
Pues no, y, si pudiera, no la amaría tan perdidamente;
pero tú, con Tapón, todo lo ves monstruoso.
CIV
Credis me potuisse meae maledicere vitae,
ambobus mihi quae carior est oculis?
non potui, nec, si possem, tam perdite amarem:
sed tu cum Tappone omnia monstra facis.
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29
Si alguna vez ocurre lo que tanto se anhela
inesperadamente, se siente un gozo propio.
Por eso, una alegría, más valiosa que el oro,
siento ahora que vuelves a mí, que te deseo,
vuelves y a mí te entregas inesperadamente.
¡Oh qué día tan digno de una marca más blanca!
¿Quién más afortunado que yo hay en la vida,
o quién dirá que existe un vivir más ansiado?
CVII
Si quicquam cupido optantique optigit umquam
insperanti, hoc est gratum animo proprie.
quare hoc est gratum nobis quoque carius auro
quod te restituis, Lesbia, mi cupido.
restituis cupido atque insperanti, ipsa refers te
nobis. o lucem candidiore nota!
quis me uno vivit felicior aut magis hac est
optandus vita dicere quis poterit?
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30
Me prometes, mi vida, que este amor
nuestro será dichoso y permanente.
Grandes dioses, haced que su promesa
sea cierta y la diga con buen ánimo
para que mantengamos toda nuestra vida
este pacto eterno de amistad sagrada.
CIX
Iucundum, mea vita, mihi proponis amorem
hunc nostrum inter nos perpetuumque fore.
di magni, facite ut vere promittere possit,
atque id sincere dicat et ex animo,
ut liceat nobis tota perducere vita
aeternum hoc sanctae foedus amicitiae.
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Pintura romana clásica |
(Página creada el 15 de mayo de 2025)
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